Employée devant une table de triage oignon chez pouliquen

Pouliquen, las ventajas del saber-hacer de nuestros empleados

La empresa Pouliquen cuenta en la actualidad con 24 personas en plantilla, repartidas entre los diferentes servicios: administrativo, comercial, compras, logística, acondicionamiento… El promedio de años de servicio en la casa es de 13 años. Nada mejor para garantizar un equipo serio, formado por colaboradores experimentados.

 

Recientemente, una de las empleadas de Pouliquen ha dejado la empresa. A Michèle Elard le llegó la edad de la jubilación, tras 22 años pasados en Pouliquen. Michèle ha terminado su carrera profesional seleccionando echalotes y cebollas, pero anteriormente ha ido pasando por diferentes puestos en la empresa. Para Gérard Quillévéré, que se incorporó a la empresa en 2002 y comenzó a dirigirla en 2018, su partida pasa página. «Es la primera jubilación. Un hecho destacable, porque hemos automatizado mucho la cadena para facilitar la tarea a los empleados, pero el conocimiento experto de los más mayores es indispensable para supervisar y controlar la producción, kilo a kilo.»



«hay que tener ojo y tener paciencia»

Así es como responde Michèle Elard a la pregunta de cuáles son las cualidades requeridas para garantizar la misión que fue la suya durante sus 22 años pasados en Pouliquen. Durante todo este tiempo, Michèle habrá trabajado en contacto directo con cerca de un centenar de productores de echalote tradicional y de cebolla. En el enclave de Lanveur, dedicado a la «clasificación grosera», en la que se quitan los peciolos y se limpian las echalotes, es donde Michèle comenzó su carrera en Pouliquen. En una mañana, se pueden clasificar hasta 15 toneladas de hortalizas con el agricultor. Tras esta primera etapa, las echalotes pasan a un segundo circuito selectivo en el que la echalote se acondiciona. Es aquí donde Michèle echa el cerrojo a su carrera, dejando colgada su bata para disfrutar de su jubilación.

Las hortalizas frescas, una historia de familia

Michèle Elard et ses enfants, Franck et Magalie, tous deux salariés du groupe Pouliquen«Es dificil incorporar a nuevas personas que cuenten con las mismas competencias que una empleada como Michèle. Vamos pues a contratar a una persona joven y formarla. Es la hija de Michèle, igualmente trabajadora en Pouliquen desde 1999, quien ocupará su puesto en la selección.» Si, claro, para Michèle, el grupo Pouliquen es como una continuación de su familia. Primero, fue su hijo Franck, quien se incorporó a la empresa en 1998. Un año más tarde Michèle y su hija Magalie le siguen, incorporándose al servicio de selección y de acondicionamiento. Franck, por su parte, se encarga de la verificación de conformidad del producto

Favorecer el empleo local

Para Pouliquen, es importante la contratación de personas que residan en la zona. «Damos trabajo a la gente de aqui. Hemos introducido cambios en la empresa para que los empleados se sientan bien. Esto limita en gran medida la rotación del personal. Las substituciones de las vacaciones de verano las realizan estudiantes de la zona, quienes en su mayor parte vuelven a su casa por vacaciones.»
Esta manera de proceder de Pouliquen no se limita a su organización interna: «Favorecemos también a los proveedores y transportistas locales lo más que se puede. Estas iniciativas en su conjunto permiten crear en cierta forma como una cadena de solidaridad en esta provincia del Finistère y en Bretaña en general. Esto garantiza una continuidad en la Atención al cliente y en el dinamismo de nuestra región. Es muy importante para todos nosotros.»



La creación de una cadena dedicada a las hortalizas ecológicas va a conducir a la contratación de 4 o 5 personas más en los meses venideros. Pouliquen prosigue su desarrollo, sin dejar de preocuparse por la calidad de su atención al cliente, a fin de satisfacer a su clientela.