En apenas unos años, nuestra empresa ha pasado de 50 toneladas de trenzas de chalotas comercializadas por año, a un promedio de 500 a 600 toneladas. Con esta progresión, entre otros elementos, se puede alzar a Pouliquen como líder europeo del comercio de echalota tradicional. Hace ya un mes que ha comenzado el trenzado de las chalotas en este norte de Bretaña. Esta técnica, característica de nuestra región y con más de 150 años de antigüedad, presenta numerosas ventajas. Aprovechemos esta nueva temporada para valorar en su medida este típico producto nuestro.
La trenza de chalotas tradicional, garantía de óptima calidad
Todas nuestras trenzas de chalotas se realizan enteramente a mano. Si le damos una gran importancia a la selección de nuestra verdura, a la chalota trenzada se le aplica un nivel de control extra. En efecto, nuestros colaboradores verifican el aspecto y la calidad de los bulbos un por uno, antes de proceder a su trenzado. El riesgo de que se cuele uno en mal estado es pues ínfimo.
Producción 100% bretona
Las chalotas que trenzamos provienen en su totalidad de tierras de nuestros productores, socios de “Prince de Bretagne”. Dichos productos cumplen pues con una reglamentación estricta, que garantiza su calidad y trazabilidad. Hemos seleccionado la chalote larga, variedad específica de la chalota tradicional, para la realización de las trenzas de chalotes. Hemos priorizado también la chalota de tamaño medio (de calibre de 30 a 45 mm). Su trenzado, que empezó el pasado 15 de agosto, se proseguirá hasta el mes de mayo, tras lo cual se dará paso a la verdura de verano. A fin de conservar todo su valor nutritivo, así como su bello aspecto, mantenemos las chalotas bien ventiladas y a temperatura ambiente hasta enero-febrero. Después, se almacenan en zonas refrigeradas a una temperatura de 0 a 1°C.
El trenzado de la echalota, se realiza totalmente a mano
No llega a ser alta costura, pero valorizamos este trabajo, realizado exclusivamente a mano. En efecto, de la selección del bulbo a su acondicionamiento, todas las etapas de la creación de las trenzas de chalotas se efectúan manualmente. Dos minutos necesita cada trenza de chalotas. A lo que se añade el tiempo de ponerles su redecilla y empaquetarlas, etapas también realizadas manualmente. La empresa Pouliquen delega el trenzado de las chalotas en dos veteranos socios locales: un productor del sector de Cléder; así como en la Cooperativa agrícola Stereden, de Plounévez-Lochrist.
Acondicionamiento y empaquetado de materias naturales
En esta nueva temporada, Pouliquen ha preferido proponer productos acondicionados solo en materias 100% naturales. Fijamos las chalotas a un tutor de madera mediante cuerda de de yute o de cáñamo. Este nuevo material viene a substituir la rafia sintética, utilizada hasta ahora. Hemos cambiado las redes de plástico por redes a base de celulosa de madera. Aparte del interés medioambiental evidente de esta iniciativa, estos nuevos modos de acondicionamiento permiten proponer un producto completo respetuoso de todos los códigos de un posicionamiento de alta gama
Pero, ¿por qué trenzar las chalotas?
Debemos este modo de acondicionamiento a los “Johnnies”. Desde mediados del siglo XIX, los productores de esta zona, los productores léonnard* pasaban al otro lado del Canal de la Mancha cada verano para vender su producción en Inglaterra. Se les conoce como “Johnnies” y trenzaban cebollas y chalotas para valorizarlas y, sobre todo, para facilitar su transporte.. pues embarcaban en bici. Rápidamente, esta técnica se impuso en el mundillo agrícola del norte de la Bretaña y sigue perdurando. Aparte de su aspecto estético y de su valor histórico, la trenza de chalotas reacciona como un anti-germen natural. Garantiza la mayor duración de conservación de las chalotas. No deja de ser una gran ventaja, aportada por este producto clave que le proponemos.
Nuestro equipo comercial está a su disposición para toda solicitud de información complementaria sobre el trenzado de chalotas o sobre cualquier otro de nuestros productos. No dude en hacernos llegar sus necesidades.
*Se llama léonards a los habitantes de Léon. Se llama Léon a las tierras altas de la provincia francesa del Finisterre, zona hortícola de esta provincia por excelencia.