En la cincuentena, de garbo deportivo, Jean-Luc Congar, productor de echalotes tradicionales, nos da la bienvenida con una amplia sonrisa en su explotación de Plounevez-Lochrist, al norte de Finistère (Bretaña, Francia). Desde 1988, continua la labor iniciada por su abuelo, trabajando en la explotación familiar creada en 1905. Como muchas explotaciones agrícolas de Bretaña, el saber-hacer y la pasión por la tierra se transmiten de generación en generación. Hasta hace tres años, esta explotación contaba 65 hectáreas dedicadas al cultivo de hortalizas. Jean-Luc producía en particular coles, coliflores, brócolis y, ya entonces, echalotes.
«Habríamos podido continuar trabajando en la misma línea, siguiendo el proceso de desarrollo de la explotación pero con 50 años llega el momento de reflexionar y entonces uno se dice que es a lo mejor posible actuar de otro modo.»
En 2018, Jean-Luc cambia de estrategia, decide ceder una gran parte de sus tierras, de manera que su explotación no cuenta ya más que con 25 hectáreas, de las que 18 están reservadas a la producción de echalotes tradicionales. Esta reorientación ya la había iniciado en 2009, año durante el que el agricultor debuta su actividad de producción de energía, gracias a la instalación de paneles fotovoltaicos en los tejados de su explotación. En 2015, Jean-Luc se lanza al trenzado en ristras de las echalotes, con el Grupo Pouliquen. Estas nuevas actividades, le han permitido ir reduciendo la parte de producción agrícola y alcanzando un modelo económico y un ritmo de vida que le convienen más.
El trenzado de ristras de echalotes para Pouliquen: proveedor y partenaire
Jean-Luc Congar es miembro de la cooperativa bretona SICA (de Saint-Pol-de-Léon) y vende la totalidad de su producción de echalotes a su cooperativa. El Grupo Pouliquen se encarga de comprar las echalotes tradicionales a las cooperativas de la marca “Prince de Bretagne”, SICA en este caso. “Nosotros proveemos a Jean-Luc de echalotes de un calibre adecuado para las ristras, a fin de que él y su equipo lleven a cabo esta labor. En 2021, está previsto que trencen unas 450 toneladas de echalotes, de las 8500 que comercializará nuestra empresa”.
Variedades de echalotes tradicionales
Con el paso del tiempo, las variedades de un producto van cambiando. Hace unos años, la echalote medio larga era la que más gustaba en Bretaña. Su ventaja, su gran potencial de rendimiento. Sin embargo, esta especie se cultiva en la actualidad mucho menos, en particular porque se conserva menos bien que las otras. Ahora, la echalote larga es la variedad más presente en Bretaña, incluso si desde hace dos o tres años, el cultivo de la variedad Molène se desarrolla también. Esta especie tiene la ventaja de ser resistente al mildiu y, por ende, de necesitar menos tratamientos fitosanitarios. No obstante, esta transición se realiza con prudencia, a fin de prevenir los riesgos de degeneración que conducirían a una menor calidad.
La producción de la echalote tradicional
Como todos los productores “Prince de Bretagne”, Jean-Luc Congar compra sus bulbos en la OBS, (Organización Bretona de la Selección). Este organismo, accesible únicamente a los productores de las diferentes cooperativas relacionadas con la marca “Prince de Bretagne”, selecciona las mejores especies y los mejores planes cara a los productores. Los productores podrán multiplicar los planes el primer año. De cada bulbo de echalote certificado plantado de promedio se cosechan siete echalotes, las cuales se prepararán a continuación con arreglo a un procedimiento estricto y controlado, antes de que se planten a su vez, para ser cosechadas y pasar a ser comercializadas.
4 toneladas de echalote tradicional para plantar 1 hectárea
Durante el invierno, la echalote originaria de la multiplicación se calibra y selecciona. En este mismo periodo, debuta la preparación de las plantas, con la protección fungicida. Las echalotes se sumergen en un baño de agua caliente: durante 2 horas a 43°C. Este paso por el baño forzoso, que en nuestros dias no contiene ningún producto fungicida, permite limitar el riesgo de enfermedades al eliminar los hongos (botrytis) y nematodos que a menudo las ocasionan.Una vez pasada esta etapa, las echalotes se secan y, a partir del 15 de febrero, comienza la plantación. Esta plantación se efectúa exclusivamente a mano. Entre el 5 y el 20 de julio, las echalotes se arrancan y dejan en el suelo durante una decena de dias, a fin de que se opere un primer secado, garantia de su mejor conservación. Las echalotes se recogen, siempre a mano, para seguir su secado en el silo, a una temperatura de 30 a 36° C, de 5 a 7 dias. Esta última etapa contribuye a eliminar el riesgo de los citados hongos, nematodos y bacterias. Por último, llega la fase del trenzado en ristras de las echalotes.Una hectárea de echalote necesita de promedio 180 horas de labor.
Transmitir y perennizar la producción agrícola
Desde hace unos meses, Jean-Luc se ocupa de formar a un joven de 22 años, quien en lo sucesivo le va a reemplazar en la gestión de la producción agrícola de la explotación. Esta nueva organización permitirá a Jean-Luc concentrarse en sus actividades de producción de energía y ristras de echalotes. En paralelo, desea ayudar a su hija, quien se lanza en un proyecto empresarial, también relacionado con la alimentación. Una nueva generación, también enraizada en la tierra y con el punto de mira puesto en los productos de calidad.