Hace poco más de una década, Bretaña se convirtió en la primera región productora de tomates de Francia. Ella sola representa casi un tercio de la producción nacional, con cerca de 600 hectáreas de invernaderos*. Aunque nuestra región no ha producido tradicionalmente tomates de consumo, nuestra tradición hortícola y el gusto de nuestros productores por los nuevos retos han propiciado un fuerte crecimiento de este cultivo desde los años noventa. Su interés por los retos técnicos y tecnológicos ha hecho el resto.
En efecto, Bretaña, famosa por su producción de hortalizas y su clima templado, se ha convertido en el escenario de una revolución silenciosa pero crucial en el mundo de la agricultura: la producción de tomates en invernadero mediante cogeneración. Este método innovador, adoptado por el 60% de los invernaderos de tomate de los productores del Príncipe de Bretaña, promete no sólo tomates de calidad durante todo el año, sino también una importante reducción de la huella medioambiental. Se lo explicamos todo en este artículo.
Control técnico total
El cultivo sin suelo es la técnica preferida por muchos de nuestros productores asociados de Prince de Bretagne. Desarrollada para limitar la contaminación de las plantas de tomate por enfermedades transmitidas por el suelo, esta técnica también ha contribuido a aumentar el rendimiento manteniendo la calidad del producto, gracias al control total del entorno de cultivo del tomate. Gracias a una aportación de agua meticulosamente calculada, a una gestión de la humedad, a una fertilización controlada y a un sistema de reciclaje del agua, este método garantiza una utilización eficaz de los recursos preservando al mismo tiempo el ecosistema local.
Cogeneración: un paso hacia la autonomía energética
Sin embargo, la verdadera revolución llegó con la adopción de los sistemas de cogeneración en 2006. Esta tecnología innovadora utiliza el gas natural para producir electricidad y calor, satisfaciendo así las necesidades energéticas de los invernaderos de tomates y reduciendo al mismo tiempo los costes y el impacto medioambiental.
Funciona de forma ingeniosa: los motores de gas accionan generadores que producen electricidad, mientras que el calor residual se recupera para calentar los invernaderos de tomates. Además, el CO2 producido se recupera y se utiliza para estimular el crecimiento de las plantas, creando un ecosistema sostenible y autosuficiente.
Funcionamiento de un invernadero de tomates mediante cogeneración
Las ventajas de la cogeneración
Los beneficios para los agricultores son muchos. Además de los beneficios económicos generados por la reducción de los costes energéticos, la cogeneración mejora la calidad del producto gracias a un control preciso del clima y la nutrición de las tomateras. Además, al estabilizar la temperatura en los invernaderos, este método favorece un control biológico más eficaz de las enfermedades, lo que garantiza cosechas abundantes y sanas.
Para el conjunto de la región, esta técnica también ofrece la oportunidad de generar electricidad localmente, sobre todo en las zonas rurales, que suelen estar situadas al final de la red y, por tanto, son más propensas a los cortes de electricidad. En Bretaña, la central de cogeneración tiene una capacidad combinada de 250 MW, es decir, la mitad de la producción de la central de gas de Landivisiau, situada en la zona de las huertas y inaugurada en 2022. En la actualidad, el 60% de los invernaderos de tomate explotados por los productores Prince en Bretaña disponen de una unidad de cogeneración, que genera casi 110 MW.
Gracias a la adopción de técnicas avanzadas como el cultivo sin suelo y la cogeneración, Bretaña se ha convertido en un actor importante de la innovación en la producción de tomates. Esta revolución silenciosa es testimonio del compromiso de los productores bretones con la calidad de las hortalizas, la eficiencia energética y la sostenibilidad medioambiental. Al ofrecerle una amplia gama de variedades, tanto clásicas como originales, nos aseguramos de satisfacer todas sus expectativas, al tiempo que apoyamos una agricultura local y respetuosa con el medio ambiente.
Redondo, Racimo, Marmande, Piña… Una amplia gama de tomates
Ya sean convencionales o ecológicos, le ofrecemos más de treinta variedades de tomates, producidos en Bretaña. En el lado clásico (pero no ordinario), encontrará el tomate redondo, el racimo, el olivino, el aumônière y el Cocktail, ideales para aperitivos y picnics. En cuanto a las variedades originales, las hemos seleccionado por sus cualidades organolépticas, por supuesto, pero también por sus formas y colores insólitos, que las hacen ideales tanto para los puestos como para los platos. Tomates saveurs d’antan, Ananas o Marmande, San Marzano Noire de Crimée o Téton de Venus… No dude en pedirnos consejo para seleccionar la variedad o variedades que mejor satisfagan a sus clientes.
*Fuente: : Reportage TV – France 3 Région